Escrita por Nelly Villegas
Adaptación para teatro infantil del cuento "Ese chivo es puro cuento",
del autor Ivan Dario Alvarez
(Entran tres cuentacuentos que participan del montaje, con la música de la carreta al finalizar).
AACTOR I: ¡Hola, niños! ¡Les traigo un morral lleno de cuentos!
ACTOR II: ¡Cuentos, cuentos y más cuentos! ¡Cuentos para ti y cuentos
para mí.
ACTOR III: ¡Cuentos para los
más pequeñitos! ¡Cuentos para los padres y también para los abuelitos..
ACTOR I: ¡En mi viejo costal de hilo traigo cuentos de conejo, en
mi costal de hilo y pluma traigo cuentos de la Luna...
ACTOR II: ¡En mi costal sin zapatos traigo cuentos de unos gatos... En
mi costal sin calzones traigo cuentos de ratones...
ACTOR III: ¿Quién quiere intercambiar conmigo? Cambio y vendo un
cuento por otro cuento...
LOS TRES: ¡Acérquense y metan la mano!, ¡Vamos a compartir, a jugar
y a reír!
¡Suelten los inventos, que hemos llegado nosotros, los contadores de cuentos!
ACTOR I: ¡Qué cantidad de niños esperan por nosotros!
ACTOR II: Me encanta contar mis cuentos con la sala repleta de lindos, preciosos, hermosos chiquitines.
ACTOR III: A mí también… Pero bueno, ¡será mejor que nos pongamos los patines y empecemos a contar!
ACTOR I: ¡Calma! ¡Calma, no tan de prisa! Primero tenemos que presentarnos...
ACTOR II: ¡Tienes razón!
ACTOR III: (Haciendo reverencias). ¡Hola, niños! somos los viejos cuenteros de Puertoteatro, que ustedes siempre ven en la semana del preescolar.
ACTOR I: Pero en esta oportunidad no les vamos a contar los mismos cuento
ACTOR II: Por fin hemos decidido cambiar nuestro repertorio para ustedes.
ACTOR III: Así es, hoy disfrutarán de nuestro espectáculo especial titulado...
ACTOR I: ¡Calma, calma! ¿Qué tal si empezamos con un juego para los niños?
ACTOR II: Me parece bien, así que levanten un dedo y sobre la palma de la mano…
I Y II: ¡Nooooo, ese juego no!
ACTOR I: ¡Entonces propongan cuál vamos a jugar!
ACTOR II: Bueno, podemos hacer...
ACTOR III: Sí, podemos hacer...
ACTOR I: ¡Ya está! ¡El de la lluvia!
(Se realiza el juego de la lluvia. Luego, al terminar):
ACTOR II: Ahora arrancamos con nuestro primer cuento.
ACTOR III: ¿Cuál cuento vamos a narrar? A ver..., sí, el del rey mocho.
ACTOR I: ¡Nooooo, ese no!
ACTOR II: Entonces, ¿el de la ratoncita presumida?
ACTOR III: ¡Noooooo, ese tampoco!
ACTOR I: Contemos mejor aquel cuento, Carlos, donde tú haces el papel de chivo, yo de perro y de caballo y ella hace de doña Susanita.
ACTOR II: ¿El cuento del chivo es puro cuento?
ACTOR III: ¡Sí, ese! ¡Mira, aquí están los trajes!
ACTOR I: ¡Está bien, contaremos ese!
ACTOR II: Toma, tú te colocas esto..., ella se pone aquello. Vamos, Nelly, ponte la bata de Susanita, arregla el treatrino, mira el títere que hace la presentación en el teatrito. (Se lo entrega y Nelly se coloca el títere y hace la presentación. Se preparan. Música. Aparece el títere haciendo la presentación, mientras Pablo y Carlos se preparan).
TÍTERE: ¡Y nuestra historia comienza así! Había una vez una viejita llamada doña Susanita que un día compró una casita más chiquichita que un mantel. En el patio plantó un hermoso cafetal. Una mañana, después de sonar el despertador, doña Susanita salió para el mercado. Como siempre, estaba radiante y contenta, dando gracias a la vida. (Salen. Entra doña Susanita y coloca una casita en el escenario).
Todas las mañanas
veo las nubes
existiendo en mis sueños,
me pongo a volar.
¡Qué feliz vivo en mi casita!
Sentimientos de oro
bailan dentro de mí,
la vida es una maravilla,
mi alma es un jardín
¡Qué feliz vivo en mi casita!
DOÑA SUSANITA: ¡Aquí llevo mi morral! Lo voy a llenar de verduras para preparar una rica sopa, Así que voy corriendo al mercado… ¡Me voy con premura porque me dejan sin verdura! (Se dirige a los niños). ¡Me cuidan mi casa, ya regreso! (Sale. Aparece Carlos, que ha estado colocándose las cosa del chivo, y sale bailando).
CHIVO: ¡Qué casita tan linda he encontrado! ¡Y lo mejor es que está sola! (Pregunta a los niños): ¿De quién será esta casita tan bonita? (Espera respuesta). ¡Pues ahora es mía! (Toma la casa y empieza a jugar con ella. Se esconde cuando oye venir a doña Susanita).
DOÑA SUSANITA: (Entrando). ¡Esto está muy raro! Huele a calabaza y siento que alguien me ha querido robar mi casa. (El chivo se asoma por el teatrino). Y por lo visto aquí está el culpable. (Grita reclamando). ¡Devuélvame mi casa, chivo!
CHIVO: (Ríe) ¡Oh, qué pena me da, doña Susana, pero la tomé porque me dio la gana. ¡Yo soy el chivo del cafetal y su casa no se la voy a entregar!
DOÑA SUSANITA: ¡¿Ah, sí?! ¡Pues, ya verás cómo con esta escoba que compré, una fuerte paliza te daré. (Persigue al chivo dándole con la escoba y finalmente él es quien la golpea a ella).
DOÑA SUSANITA: ¡Ay, ay ,ay, no, chivo, tenga piedad con la tercera edad!
CHIVO: Muy bien, doña Susana, espero que esto le demuestre claramente quién soy. Ahora, con su permiso, ya me voy. (Toma nuevamente la casa).
DOÑA SUSANITA: ¡Devuélvame mi casita! ¡Qué insolencia! ¡Quien quiera que seas, contigo no tendré clemencia! (Llorando). ¡Pero qué será de mí sin mi casita! Ya sé, le voy a pedir ayuda a mis amigos, ¡voy a llamarlos! Necesito un teléfono... (Dirigiéndose al público). A ver, niños, ¿quién de ustedes me presta su celular? (Busca en el público. Alguien le presta el celular y llama). ¡Esto sí que es tener suerte!
PERRY: (En los títeres). ¿Aló? ¿Sí? Ajá, aquí habla Perry Leal, abogado de Dios y del diablo, siempre que haya real. Dígame, ¿con quién hablo?
DOÑA SUSANITA: Soy yo, doña Susanita, la prima de su abuelita. ¿Me recuerda?
PERRY: Sí, como no, perfectamente. Y dígame: ¿cómo está mi abuelita?
DOÑA SUSANITA: Ella está muy bien, don Perry. Lo llamo porque necesito urgentemente su servicio, o si no perderé el juicio.
PERRY: No, doña Susanita, usted no va a perder ningún juicio, eso lo ganamos, como que me llamo Perry. No se desespere, y dígame ¿cuál es el problema?
DOÑA SUSANITA: Pues, resulta que... bla.bla.bla, y patatín y patatán, y tilín tilín. ¿Me comprende?
PERRY: No se preocupe, doña Susana, que este caso lo ganamos como sea. ¡Sana sana, culito de rana! Le prometo que hoy mismo, gracias al don de mi palabra y al espíritu de la ley, usted volverá a tener su casa.
DOÑA SUSANITA: ¡Ojala y ese chivo malvado lo oiga, don Perry Leal!
PERRY: ¡Claro que lo hará! Pronto le daré la grata noticia. Ah, antes de que se me olvide, dele saludos a mi abuelita. (Cuelga).
(Entra Perry, con un libro, olfateando detenidamente el lugar).
PERRY: ¡Ajá! Como me indica el olor, esta debe ser de doña Susanita. (Sale el chivo). Y si no me falla el pensamiento deductivo, usted debe ser el ladrón, o sea, el chivo.
CHIVO: Sí, señor, yo soy el chivo del cafetal y la casita no le voy a entregar. (El chivo embiste pero el perro lo detiene con su libro código).
PERRY:
¡Atrás! ¡Atrás!
¡Cuidado con la ley!
Si burlarte de mis bigotes
quieres,
mañana estarás tras los
barrotes.
Conmigo estás equivocado,
yo soy un gran abogado,
y si en paz quieres vivir
la ley debes cumplir.
¡Atrás! ¡Atrás!
¡Cuidado con la ley!
CHIVO: ¡Mejor váyase de mi lado, señor abogado!
(Durante ese discurso el chivo lo ha estado embistiendo y Perry ha utilizado el libro código como escudo).
PERRY: ¡Se lo advierto! Es mejor que entre usted en razón. La ley castiga este acto delictivo, y solo alguien honorable como yo puede evitarlo, señor chivo. Me está tratado usted muy mal, pero aun así podemos negociar.
CHIVO: ¡A otro chivo con ese cuento! ¡Mejor lárguese ya de aquí, que a mí la ley me importa un mamey! (Lo va sacando a empujones).
PERRY: ¡Un momento! La Constitución Nacional, en el tomo cuatro, artículo octavo, último parágrafo, dice: Hay que respetar honra y bienes... Ah, ya veo que no valdrán las palabras. Entonces caerá sobre usted todo el peso de la ley. (Perry arroja el código contra el chivo. Pelean. Sale Perry derrotado. Sale el chivo y entra doña Susana).
TÍTERE: ¡Vaya desgracia la de doña Susanita! Si don Perry no le pudo sacar el chivo del cafetal, ¿quién entonces me podrá ayudar? (Suena música de pasodoble y sale la vaca Pancracia).
PANCRACIA: (Vestida de torero). ¡Yo también vengo a ayudar a mi amiga Susana! Muy bien, chivo de los mil demonios, ¿qué esperas que no sales? ¿Acaso no sabes quién es Pancracia Vaquero y te escondes de puro miedo? (El chivo sale y Pancracia lo torea). ¡Oleeeee! ¡Vamos, ataca de nuevo, cobarde! (Suena música y realizan tres ole y después se enfrentan).
CHIVO: ¡Vaca lambona!
PANCRACIA: ¡Chivo aprovechado!
CHIVO: ¡Bruja Tramposa!
PANCRACIA: ¡Chivo ladrón!
(Finalmente se enfrentan y la vaca sale llorando).
CHIVO: ¡Yo soy el chivo de Tronconal y de aquí nadie me va a sacar!
DOÑA SUSANITA: ¡Ay, pobre de mí! Ahora, ¿quién me podrá ayudar?
(Aparece Pegaso en los títeres).
PEGASO: ¡Yo!
DOÑA SUSANITA: ¿Usted, Pegaso?
PEGASO: ¡Eso dije! Estoy completamente seguro de que con solo asomarme a esa casa, ese chivo se irá inmediatamente. No hay nadie en el mundo que por más loco que esté no le tema a un caballo. ¡A mí ese chivo no me va a mamar gallo!
DOÑA SUSANITA: ¡No, no, en ningún momento, Pegaso!
PEGASO: ¡Entonces apártese de mi camino y deje en mis cascos este asunto! ¡Ya mismo le pongo punto final!
DOÑA SUSANITA: ¡Como usted mande, Pegaso, es usted muy amable al tratar de enfrentarse con este chivo abominable!
(Pegaso sale al escenario desafiante, vestido de boxeador).
PEGASO: ¡Muy bien, señor chivo, he venido a poner fin a su crueldad y villanía! Espero que su cobardía le invite a recapacitar y a huir en el acto sin poner resistencia, de lo contrario pagará caras las consecuencias, ¿me ha oído?
CHIVO: ¡Perfectamente, señor Pegaso, pero no le haré caso! ¡Yo soy el chivo del cafetal y de aquí nadie me va a sacar!
PEGASO: ¡Ay, ya veo que no valdrán las palabras de este caballero con un chivo testarudo y pendenciero! ¡Muy bien, en guardia entonces! (Se coloca en actitud de lucha. El chivo se lanza con fuerza contra el caballo, el cual recibe un tremendo golpe y es sacudido).
TÍTERE: ¡Señoras y señores, se va a dar inicio al gran combate por el campeonato mundial de los pesos espuma! En esta esquina, con dos kilos de peso, tres peleas ganadas por trompada técnica y ninguna derrota, ¡el caballo Pegaso!... Comienza el primer round de la pelea. (Aquí irá narrando según lo que suceda).
(El chivo ataca con coraje al caballo, quien recibe una derecha, una izquierda, otra derecha, otra izquierda. Pegaso mueve la cabeza y lanza al chivo un gancho fulminante que lo deja tremendamente aturdido. El caballo trata de aprovechar la mala situación de su contrincante y contraataca con un open de izquierda y otro de derecha. El chivo nuevamente se estremece y cae a la lona).
PEGASO: ¡Señora Susana, señora Susana, venga pronto, que lo vencí! ¡Lo logramos!
TíTERE: ¡Pero… ¿qué está pasando? ¡Ahora el chivo ataca al caballo vencedor!
(El chivo se levanta y golpea al caballo).
PEGASO: ¡Ay, señor chivo, es usted un traicionero! ¡Ay, ese golpe me ha dejado muy lastimado! ¡Ay, ayayay, me retiro de la batalla, pero déjeme decirle que además de traicionero es usted un gran canalla. ¡Ay, ay, ayayay, me retiro de la batalla!
CHIVO: Je,je jee. ¡No, señor, no se irá usted sin recibir una buena lección! ¿Cómo es eso de que en tan grande ocasión se marcha tan de repente un caballo tan valiente? ¡Mejor será que se vaya directo al hospital mientras yo celebro mi triunfo aquí en el cafetal!
HORMIGA EN TÍTERE: ¡Basta!
CHIVO: ¿Quién dijo eso?
HORMIGA: ¡Yo, chivo! ¡Ya no soporto su insolencia, así que lo sacaré de aquí sin clemencia!
CHIVO: (Ríe) Ja ja ja ja… ¿Ah, sí? ¿Tú me vas a sacar? A ver, ¿cómo, pequeña madama?
HORMIGA: ¡No se burle de mí, señor chivo, soy pequeña pero a nada le temo!
CHIVO: No me burlo, es que me gustaría saber cómo me vas a ganar. (Se ríe). Ja ja ja ja.
HORMIGA: Para ganar esta pelea tengo que pensar en algo... A ver…, a ver… ¡Ya sé!
CHIVO: A ver, pequeña y diminuta hormiga, ¿cómo me vas a ganar?
HORMIGA: ¡Te invito a mirar al mar!
CHIVO: ¿Y para qué tendría yo que mirar al mar?
HORMIGA: Bueno, para que veas todo lo hermoso que hay en él y dejes de estar haciéndole maldades a las viejecitas indefensas.
CHIVO: ¡No me hagas reír! ¡No voy a mirar al mar!
HORMIGA: ¿Tienes miedo de mirar la mar! ¡Cobarde!
CHIVO: ¡Yo soy el chivo del cafetal y nada me puede asustar!
HORMIGA: Entonces, siéntate y mira el mar.
CHIVO: ¡Está bien, me sentaré! (Se queda un momento sin movimiento para que la hormiga diga su parlamento).
HORMIGA: Ahora, niños, presten atención, que mi plan les contaré. Mientras el chivo contempla el mar, yo lo sorprenderé y por todas partes lo picaré hasta que él no aguante más y salga corriendo, dando brincos y codazos. Eso sí, niños, hagan silencio para que el chivo no me vea cuando yo salga... No le digan nada, sssshhh, silencio absoluto.
CHIVO: Estoy contemplando el mar y no pasa nada, hormiga bravucona.
(El chivo hablará solo, mientras la hormiga sale del teatrino y empieza a picar al chivo por todos lados, éste se resiste al principio pero después se rinde).
CHIVO: (Dando brincos). ¡No me piques más, ten compasión de mí!
HORMIGA: ¡Prométeme que le devolverás la casa a doña Susanita!
CHIVO: ¡Eso no!
HORMIGA: ¡Entonces te picaré y te picaré hasta el pensamiento, así me quede sin aliento!
CHIVO: ¡Ya no aguanto más! ¡Ya no me piques más!
HORMIGA: ¡Le entregarás la casa a doña Susanita!
CHIVO: (Entregándosela la casa a doña Susanita). ¡Sí, sí, aquí está! ¡Pero ya no me piques más! (Sale corriendo).
HORMIGA: (Contenta) ¡Qué bueno, niños! Ante la violencia es mejor actuar con inteligencia. Ahora voy a buscar a doña Susanita para entregarle su casita
PABLO: (Tomando la casita). Y así fue cómo la hormiga fue y buscó a Susanita para entregarle su casita.
CARLOS: ¿Y por qué no llamamos a doña Susanita? (La llaman y ésta sale).
PABLO: Doña Susanita, aquí está su casita…
DOÑA SUSANITA: (Emocionada). ¡Mi casita, mi linda casita! ¡Gracias, amigos! ¿Cómo puedo pagarles esto que han hecho por mí?
ACTOR I: ¡Quédense con nosotros para despedirnos de los niños!
ACTOR II: Sí, doña Susanita, quédese!
DOÑA SUSANITA: ¡Está bien, amigos, me quedaré con ustedes y a los niños diré adiós!
ACTOR I: Bueno, niños, esta historia llegó a su fin. Adiós, que quizás ya no volvamos a vernos. Pero recuerden: cuando vayan a la camita, antes de dormir, díganle a mamá que les narren bonitos cuentos…
ACTOR II: ¿Quién intercambia cosas conmigo? ¡Compro y vendo mis cuentos o los cambio por aplausos!
ACTOR III:
En el costal de hilo y cuero
me llevo al chivo altanero.
y en mi costal de lanita
me llevo a la Susanita.
LOS
TRES:
¡Adiós, niños,
a sonar fuerte las palmas!
¡Levántense de sus asientos,
que se despiden de ustedes
los contadores de cuentos!
(Suena música infantil).
FIN
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